LA ADORACION ROMPE LA BARRERA DE SONIDO ESPIRITUAL

Por William C. Yount – 21 de Enero 2002

Escuché al Señor hablar a un ángel fuerte para que “LEVANTE EL VOLUMEN DEL SONIDO DE LA ADORACION EN LA TIERRA.” El sonido de nuestra adoración estaba siendo amplificada en el Espíritu.
El sonido de los pies danzando en una sola iglesia fue amplificada – haciéndolo sonar al enemigo como si fueran un millón de danzantes que habían llegado a la ciudad!
El sonido del sonar de los shofar (cuerno del carnero) fue amplificado haciéndolo sonar como la trompeta de Gabriel en los oídos del enemigo!
Conforme el pueblo de DIOS adoraba, escuché como una BARRERA DE SONIDO ESPIRITUAL se rompía en las esferas del Espíritu en los lugares Celestiales. Una unción colectiva sobre Su Cuerpo había incrementado de tal manera que había lanzado nuestra adoración como si fuese un cohete lanzado al cielo con gran fuerza.
Sentí fuertemente que una “Barrera Espiritual” había sido rota en los lugares Celestiales.
Al principio pensé que esta barrera había logrado impedir que nuestra adoración llegara al Trono de DIOS. Pero ahora me doy cuenta que siempre el Señor nos ha estado escuchando cantarle en adoración. El hecho es, ¡que nosotros no hemos podido escucharlo a EL cantar!
Tuve la sensación de que esa barrera rota ahora nos permitiría no solamente escucharlo a EL cantar sino que también permitiría que El cante con nosotros.
Hace mucho que el canta sobre nosotros de gozo pero ahora el descenderá para cantar con nosotros, y producirá un sonido nuevo que la tierra jamás ha escuchado!
Su coro de ángeles, uniéndose a Su bella voz se empezaba a escuchar conforme descendía y se mezclaba con nuestras voces en adoración, llenando toda la tierra.
Toda la tierra era como si fuese una gran sala de conciertos que ahora podía escuchar sonidos que antes sólo se escuchaban fuera de este mundo. Canciones de Salvación, de Sanidad, de Liberación se soltaban con gran poder sobre la tierra conforme el Señor mismo se unía en adoración con Su Cuerpo, soltando un Sonido Nuevo a través de la adoración.
Aún las montañas y los cerros rompían en canto y los árboles del campo aplaudían!